El Edicto de Granada/Alhambra de 1492 marcó el comienzo de la inquisición española en las Provincias de Castilla y Aragón. Como consecuencia de ello, los judíos sefardíes fueron perseguidos y expulsados de España, huyendo y refugiándose en su mayoría en Portugal. Aun cuando en 1496, el Rey Don Manuel I de Portugal había emitido un Decreto ley garantizando su protección, los judíos originarios de España, junto a los Portugueses que decidieron no convertirse al catolicismo (ambos sefardíes) fueron perseguidos y expulsados de Portugal. Posteriormente, en 1506 se desencadenaron varias revueltas anti-cristianos-nuevos asesinando a más de 4,000 personas.
Ya en 1536, bajo el reinado de Don Joao III fue establecida la inquisición portuguesa contra cristianos nuevos y crypto judíos. Algunos autores aseveran que mas de 40,000 personas fueron acusadas por la inquisición portuguesa y en su mayoría forzadas al exilio, quienes se refugiaron en países como, Francia, Italia, Yugoslavia, Grecia, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, Egipto, Libia, Tunes, Holanda, Reino Unido, países del norte de África, así como, Brasil, Argentina, México y Los Estados Unidos de América.
Aunque durante cinco siglos no es fácil determinar el paso de nuestros ancestros, es posible verificarlo mediante un estudio. Como consecuencia de esas injusticias, la ley de nacionalidad en Portugal fue reformada para conceder la nacionalidad a los descendientes de los judíos sefarditas de Portugal, quienes provenían de España inicialmente.