No es preciso ser judío o de otra religión. Sólo debe tener algún ancestro sefardí, es decir, que haya sido judío sefardita, cristiano-converso de origen ibérico en línea directa o colateral. Para saberlo, es preciso conocer su historia familiar. Muchos perseguidos migraron hacia las Américas, antes, durante y después de la inquisición en España y Portugal (Siglos XIV – XIX). Dentro de esa migración forzada, muchos cambiaron sus nombres, a saber: Duarte, Galindo, Gómez, González Márquez, Moreira, Ferreira, Navarro, Montesinos, Santos, Orta, Núñez, Méndez, Pereira, Rodríguez, entre otros, incluyendo sus variaciones. Posteriormente, en el siglo XX, por otras razones, a causa de las guerras mundiales se presentaron nuevas migraciones importantes a países como, Argentina, Brasil, Colombia, Curazao, Estados Unidos y Venezuela, entre otros.